Marco Arias desarrolla el proyecto ADIOSPIKACHU a principios del año 2019 en la ciudad de Londres, Reino Unido. La idea era profundizar, desde las artes visuales, en el vínculo emocional que despertaban las imágenes de la cultura popular de la década de los años 90 y 2000 en la audiencia. El artista fue testigo en sus exhibiciones del 2017 y 2018 de las reacciones de alegría y nostalgia que afloraban en el público que visitaba las muestras, especialmente en aquellxs que vivieron su infancia en el Chile de post dictadura. “Quería encontrar un ícono que fuera empáticamente transversal y que gatillara sólo recuerdos de felicidad, uno que no se conflictuara desde la identidad de género, color político o sector socio cultural de la audiencia”, comenta Marco Arias. “Y que además abarcara un rango etario mayor al de mi propia generación”.
Tras estudiar las series que se popularizaron a finales de los años 90 y 2000 en Chile y excluyendo los dos Animes con los que ya había realizado exhibiciones previas (Dragon Ball Z para la exposición “Genkidama” y Sailor Moon para “El Prisma Lunar”), la decisión apuntó al último gran fenómeno de la década y que marcaría el ritmo del fanatismo consumista durante todo el resto de los años dos mil: “Pokémon”.
“Vi la primera temporada de la serie desde el principio para encontrar un pie forzado y así trabajar ideas. Necesitaba un ícono que exacerbara el vínculo romántico de ese imaginario con la audiencia: ¿Era Ash, Misty o Squirtle y sus famosos memes? No lo tenía muy claro”, agrega el artista.
Tras varios capítulos, Arias descubrió que el personaje preciso era el mundialmente célebre roedor amarillo, reconocido bajo tres sencillas sílabas: PI, KA, CHU: “El episodio que repite de manera insistente la figura de este pokemón es el 39 de la primera temporada, ‘Adiós Pikachu’. Tras fijarlo como eje central del proyecto, las ideas llegaron una tras otra y terminé presentando la exposición al Museo de Arte Contemporáneo”.
ADIOSPIKACHU fue aceptada por el museo en junio del 2019, con fecha para julio del 2020. “Pero el estallido social y la posterior pandemia querrían otra cosa”, dice el artista. La exposición se suspendió indefinidamente. Durante ese hiato y en el verano británico del 2020, Marco fue invitado por sus amigxs chilenxs, la investigadora y curadora Andrea Lathrop y el pintor Francisco Rodríguez, a usar el taller del mencionado artista durante los meses en los que ellxs se encontrarían trabajando en España. Arias realiza las pinturas en el estudio de Rodríguez, ubicado en el centro de la ciudad de Londres y a pasos de la estación de trenes de Marylebone, con la ayuda de su pareja, la artista Fiorella Angelini.
“El Pikachu inflable lo mandé a hacer a China y llegó directamente a Chile. El resto de las obras las hice en Santiago durante los meses previos a la exposición”, dice. Ya con las obras listas, sólo bastaba esperar por alguna fecha oficial. En el intertanto, Marco Arias fue aceptado en la academia de pintura londinense “Turps Art School”, donde continuó sus investigaciones pictóricas por otros caminos.
Para ADIOSPIKACHU el artista invitó a diversxs profesionales a participar: lxs investigadores y teóricos del arte Alejandro de la Fuente, aliwen, María José Delpiano y Vania Montgomery, los que se sumaron a Diego Maureira, a quien Arias ya había contactado el año 2019 para participar del proyecto. A ellxs se agregaron la diseñadora y directora de la Galería D21 María Fernanda Pizarro, la constitucional y célebre “Tía Pikachu” Giovanna Grandón, y las marcas de ropa independiente Hanspohl y Nikinky.
El museo MAC confirmó una nueva fecha de exhibición para diciembre del 2021. Marco Arias viaja a Chile en octubre del mismo año a montar la muestra, la que fue abierta al público el sábado 4 de diciembre en las Salas 7 y 8 del Museo de Arte Contemporáneo, sede Quinta Normal, en Santiago de Chile.